Instalación y beneficios de techos verdes: Un enfoque sostenible

Cada vez hay más personas preocupadas por el medio ambiente. Si tú también le das al ecosistema la importancia que merece, has de saber que los techos verdes pueden ser muy beneficiosos no solo para ti, sino también para la Tierra en general.

Qué son los techos verdes

Un techo verde es aquella superficie ubicada en la parte superior de una vivienda que, en un mayor o menor porcentaje, se encuentra cubierta de elementos vegetales: césped, plantas, árboles, etcétera.

Aunque nos referimos a estos conjuntos como techos verdes, lo cierto es que la idea también es aplicable a todo tipo de cubiertas, así como azoteas. En cualquier caso, la vegetación no tiene por qué estar en el suelo -aunque es lo más habitual en la mayoría de proyectos-.

Tipos de techos verdes

Esto último que acabamos de decir nos lleva a hablar de la existencia de varios tipos de techos verdes. Gracias a ello, los expertos que nos encargamos de hacer reformas de jardines y exteriores en Alt Empordà podemos lograr que esta alternativa sostenible se aplique a cualquier superficie.

Extensivos

Acceder a algunos tejados es bastante sencillo, pero en otros resulta una odisea. Para estos últimos son ideales los techos verdes extensivos, ya que la elevada pendiente no impide cubrir total o parcialmente la superficie con un elemento vegetal como el césped.

A diferencia de otros tipos como los que describiremos a continuación, destacan por su ligereza. En lo que respecta al sustrato empleado, no es tan espeso como los demás, factor que se traduce en que los nutrientes tengan un menor nivel de presencia en el conjunto.

Intensivos

De una alternativa bastante económica pasamos a una que exige un mayor desembolso, aunque merece mucho la pena. Y es que los techos verdes intensivos permiten tener literalmente un jardín en el tejado, la cubierta o la azotea de una vivienda.

Al tener un mayor peso, es imprescindible que estructuralmente el inmueble admita una carga considerable. En este caso, el techo no se limita a albergar césped, sino que va más allá pudiendo plantar en él árboles frutales y de otros tipos. Es por ello que el sustrato ha de tener un nivel de espesura elevado. De no ser así, los elementos vegetales carecerían del agua que necesitan para mantenerse en buen estado.

Semi-intensivos

Este tipo de techo verde combina lo mejor de cada uno de los que hemos descrito antes. Si bien es cierto que depende de cada caso en concreto, la profundidad máxima que suelen alcanzar ronda los 25 centímetros.

Aunque en la construcción de casas siempre se intenta dar forma a tejados que sean fácilmente accesibles, no siempre es viable. En ocasiones, tan solo una parte de la superficie superior puede transitarse sin dificultades. En estos casos, los techos verdes semi-intensivos son los que recomiendan los expertos en la materia.

Dicho tipo de techo verde no es apto para cualquier clase de tejado. En líneas generales, si está hecho de un material cementoso, lo más probable es que sea compatible. Lo mismo hay que decir de las estructuras metálicas o de hormigón.

Biodiversos

Aunque son unos techos verdes muy parecidos a los extensivos, en este caso son si cabe más respetuosos con el ecosistema. Ello es debido a que son diseñados con el objetivo de volver a acoger a los seres vivos que se daban cita en ese lugar antes de que fuese construida allí una vivienda.

No solo nos referimos a las especies vegetales, sino a todo el hábitat en sí, abarcando también insectos, además de los pájaros que acostumbraban a revolotear por el lugar en cuestión. El trabajo al instalar un techo verde biodiverso ha de ser meticuloso, debiendo encargarse de llevarlo a cabo profesionales con mucha experiencia que sean conocedores de las necesidades de los seres vivos. Solo así serán capaces de dar forma a un espacio que atraiga a esos mismos elementos orgánicos.

Cómo se instalan

De todas las reformas de jardines y exteriores que nos encargan, instalar techos verdes es una de las más habituales últimamente. Pero, ¿cómo lo hacemos? En primer lugar, hay que decir que en función de los tipos que hemos descrito antes, el proceso experimenta importantes variaciones. Aun así, generalmente los pasos acostumbran a ser similares.

Todo empieza colocando en la parte superior del forjado una serie de planchas que actúan evitando que se propague el ruido, aspecto del que ya hablamos en el artículo sobre qué tipos de aislamiento acústico se aplican en la construcción. Conviene destacar que el material utilizado casi siempre es el poliestireno extruido, el cual como dijimos cuando hablamos acerca de qué tipos de aislamiento térmico puedes poner en tu hogar y qué beneficios tienen, es ideal para evitar adicionalmente las transferencias de calor o frío.

Seguidamente, se colocan unas barras corrugadas conocidas como mallazo que sirven para otorgar un mayor nivel de resistencia a las pendientes que servirán de aliviaderos, evitando así que el agua quede estancada.

A continuación, llega el momento más importante: impermeabilizar. Tal como dijimos cuando explicamos qué métodos y materiales se usan para la impermeabilización en la construcción, la resina es uno de los que se utilizan habitualmente, aunque en nuestro caso aplicamos varias capas para aumentar el grado de efectividad. Así pues, también hacemos uso de otros elementos como la fibra de vidrio, rematándolo todo con el poliuretano.

Hay que tener en cuenta que, al dar forma a un techo verde, las raíces van penetrando en el suelo y pueden alcanzar las capas de protección. Para evitar que esto suceda y se vea afectado el material empleado para impermeabilizar la estructura, se suele aplicar un material geotextil que, al tratarse de una malla, resulta bastante fácil de instalar.

La instalación del techo verde abarca otro paso trascendental: el drenaje. Los profesionales del sector acostumbran a utilizar unas láminas que coloquialmente se conocen como hueveras, las cuales están hechas de polietileno. Aunque el citado material tiene un buen poder drenante, hay que aumentarlo todavía más, resultado que se consigue por medio del sustrato ligero. La arcilla expandida es la que se usa en casi todas las instalaciones de techos verdes, debiendo estar presente en el cien por cien de la superficie.

El último paso consiste en distribuir la tierra por todo el techo verde con el objetivo de que puedan plantarse los elementos vegetales que el propietario desea que crezcan en ese espacio natural al que se habrá dado forma.

Beneficios de los techos verdes

Como acabamos de ver, instalar un techo verde abarca numerosos pasos que es preferible que hagan profesionales especializados en reformas de este tipo de espacios exteriores. ¿Merece la pena? Desde luego, ya que proporcionan multitud de beneficios.

Los techos verdes mejoran la calidad de vida y lo hacen de varias maneras, resumiéndose la primera de ellas en que el aire pasa a purificarse. El dióxido de carbono que tan perjudicial resulta es transformado en O2. Por si fuera poco, diversas sustancias nocivas que hay en el ambiente son filtradas por los elementos vegetales de la cubierta ajardinada.

Hablando precisamente de las plantas y los árboles, hay que decir que son ideales para la absorción de la luz que emite el astro rey. Teniendo en cuenta que el calentamiento global aumenta las temperaturas, es de agradecer que con la simple instalación de un techo verde se pueda conseguir una disminución que ronda los 3 grados centígrados, factor que se nota sobre todo en verano.

El hecho de que absorba la luz no implica que el techo verde sea incompatible con la captación de energía solar. Todo lo contrario: las placas fotovoltaicas rinden al máximo. De hecho, nuestro servicio de instalación de placas solares está siendo solicitado últimamente para colocarlas en esta clase de cubiertas ajardinadas. Y no es para menos, puesto que al tener la superficie una temperatura considerablemente menor, cada panel presume de una mayor eficiencia energética.

Tras hablar de un elemento meteorológico como el sol, toca sacar a colación otro completamente distinto: la lluvia. El cambio climático da pie a que las lluvias torrenciales sean más frecuentes que antes. Por suerte, los techos verdes descargan paulatinamente el líquido elemento, por lo que las posibilidades de que se produzca una inundación se ven reducidas.

Tanto la lluvia como los demás fenómenos de la meteorología van dañando el tejado con el paso del tiempo. ¿Sabías que el techo verde lo protege? En efecto, dando pie a que su vida útil aumente notablemente. En algunos casos, la cifra se multiplica por tres, por lo que el importe destinado a la instalación de una cubierta ajardinada se amortiza con creces.

Ahora que hemos hablado de la amortización económica, es un buen momento para decir que un techo verde también multiplica el precio que habría que pagar para adquirir el inmueble en cuestión. ¿No sabes cómo aumentar el valor de tu hogar con una reforma? Muy fácil: instalando una zona ajardinada en el tejado.

Dicho incremento del valor también se debe a la menor cantidad de energía que se requiere, no solo para mantener fría la vivienda en plena estación veraniega, sino también a la hora de captar la luz del sol mediante las placas fotovoltaicas. Todo ello deriva en que el inmueble sea sinónimo de ahorro económico, así como de sostenibilidad, puesto que la huella de carbono se ve disminuida al máximo nivel posible.

Por si fuera poco, es reseñable que los elementos vegetales retienen un elevado porcentaje de humedad. Esto significa que, en caso de producirse un incendio, las llamas tardarían bastante más en propagarse. Así pues, estamos ante una estructura que proporciona un mayor nivel de seguridad a los propietarios.

¿Recuerdas que antes hemos hablado de la mejora de la calidad de vida? La lista de beneficios va más allá con otros aspectos positivos que hacen referencia a dicho aspecto: el ruido que se cuela dentro de la vivienda disminuye de forma notable.

Adicionalmente, cuando estés en el tejado, podrás aprovechar al máximo la cubierta ajardinada, ya sea para desconectar o leer al mismo tiempo en que respiras un aire purificado que te hará sentir bien. Si optas por plantar árboles frutales u otros elementos vegetales que den frutos, fomentarás una alimentación ecológica y evitarás ir tantas veces al supermercado en busca de los alimentos que necesitas.

En definitiva, la lista de beneficios es extensísima, por lo que no sorprende que cada vez haya más inmuebles con techos verdes que suelen ser conocidos como casas pasivas -de las cuales ya hablamos en su momento, concretamente en el artículo de qué son las casas pasivas y qué ventajas tienen-. Eso sí, para beneficiarse de estas estructuras, es importante darles un buen mantenimiento.

Cómo darles el mantenimiento adecuado

Hay que tener en cuenta que el mantenimiento ideal varía en función del tipo de techo verde que se instale en una vivienda. Por ejemplo, el primero que hemos sacado a colación -el extensivo-, tan solo requiere cortar el césped con una cierta regularidad. De dicha tarea conviene que se encarguen profesionales, puesto que estamos ante una solución sostenible que suele implementarse en superficies difíciles de acceder.

Por el contrario, si el techo verde es de tipo intensivo, tú mismo podrás llevar a cabo el mantenimiento adecuado. Eso sí, requiere bastante tiempo, puesto que el resultado obtenido es prácticamente idéntico al que conseguirías teniendo un jardín convencional.

Mantener el césped a raya sin que crezca en exceso es una de las tareas más importantes de las que deberás efectuar, sumándose a la lista la de renovar el abono cuando sea necesario y regar tanto las plantas como los árboles, amén de quitar las malas hierbas que, inevitablemente, crecen en todo techo verde.

En lo referente al riego, somos conscientes de que puede ser un poco tedioso, sobre todo en épocas de sequía que te exijan llevar a cabo dicha tarea prácticamente a diario. Para olvidarte de ella, una solución de domótica es de gran ayuda, ya que automatiza el proceso. Eso sí, es importante que sepas cómo integrar la domótica en tu hogar con tal de obtener un buen resultado.

Por último, para evitar que el sistema de drenaje o desagüe se obstruya, elimina los residuos acumulados, así como las hojas que inevitablemente acaban cayendo o siendo transportadas de otros elementos vegetales a causa del viento.